La historia involucra acusaciones de explotación del artista. Su biógrafo desenreda la madeja.
Fueron palabras de alto calibre: "Lo mataron, a mi papá lo mataron".
La frase la pronunció Eykol Arroyo -la tercera hija de Álvaro José Arroyo-, en el mismo instante en el que se enteró de la muerte de su padre, el pasado 26 de julio frente a la Clínica La Asunción, de Barranquilla.
No mencionó nombres, pero su frase aludía al sombrío final que tuvo su padre, en el cual los principales protagonistas son su última esposa, Jacqueline Ramón; su último representante, Luis Ojeda; los excesos y descuidos que tuvo el propio artista y que pudieron haber sido evitados, los sentimientos de culpa de los amigos que hoy aseguran no haber tenido el valor para salvar al genio de una tragedia anunciada y los conflictos legales que ahora aparecen tras un jugoso legado musical.
Sin embargo, para entender cuándo y cómo comenzó la ruina del Joe Arroyo, el más prolífico cantante e intérprete de la música nacional de los últimos 50 años, habría que ahondar en dos realidades definitivas de su vida: su salud y su estabilidad emocional, ambas seriamente afectadas por los quebrantos.
Una historia cantada
Para nadie fue un secreto que el Joe fue adicto al bazuco por más de 35 años. De hecho, según confesó años atrás su compañero de tarima Wilson Manyoma, "fue en 1977, en un viaje a Perú, cuando entró en su vida esa candela prohibida".
Y tal como lo testifican varios de sus allegados, el 'Maestro' jamás pudo hacer un corte definitivo con el vicio. Incluso, EL TIEMPO pudo establecer que Arroyo estuvo esclavizado por ese 'humo callejero' hasta sus últimos días. "Yo lo llevé a San Salvador, que es una 'olla' aquí en Barranquilla, una semana antes de que cayera en la clínica a finales de mayo. Y hasta dejó un radiecito que llevaba", declaró un taxista de la ciudad.
De la misma manera, el 'Centurión de la Noche' (como se le conoció) sufrió a lo largo de su vida varias enfermedades que incluyeron hipertiroidismo, diabetes, severas afecciones pulmonares, frecuentes fatigas musculares y complicaciones cardiacas y renales, que fueron las que lo llevaron a la tumba.
Por otra parte, Arroyo recibió duros golpes emocionales que lo arrastraron a un hoyo sin salida: el 31 de octubre de 2001, tras un ataque al corazón, su hija Tania falleció a la edad de 26 años. Luego, el 21 de junio de 2002, murió su madre, Ángela González, y en la mitad de ambas tragedias, el Joe rompió con su más larga y profunda historia de amor: Mary Luz Alonso, quien hoy afirma: "Me equivoqué, cometí errores, dejé a mi negro y ahora lo lamento. Pero sé que él siempre me amó, porque lo dijo muchas veces en los últimos meses y en público, porque nos volvimos a encontrar y, por eso, Jacqueline nos lo prohibió a todos, hasta a sus hijas".
Según Jimmy Peña, amigo personal del Joe y coordinador de las giras de su orquesta en EE. UU., "desde aquella ruptura (con Mary), el hombre perdió el brillo de sus ojos, se volvió un hombre triste, su carrera decayó, en medio de su soledad se juntó con Jacqueline Ramón y, luego, nadie pudo salvarlo".
El legendario Fruko, uno de los mejores amigos del difunto Joe, también declaró: "Desde que se casó con ella nunca pude hablar con mi hermano. Sin explicación alguna, nos separó".
Después de tres años de noviazgo, el Joe Arroyo se casó con Jacqueline Ramón el domingo 30 de enero de 2005. "Entonces, todo se complicó. Todo fue misterio, ostracismo y oscuridad. Miles de veces intenté acercarme para abrirle los ojos, pero no pude. Hoy ya es muy tarde", admitió 'El Checo' Acosta, otro de sus amigos íntimos, quien, junto a otras leyendas de la música costeña, como Juan Piña, Tom y Javier (cantantes del grupo Bananas), fueron vetados por Ramón el pasado 6 de julio, cuando quisieron saludarlo en la Clínica La Asunción.
Tampoco es un secreto que el último lustro en la vida del Joe sólo fue penumbra. Sus presentaciones se convirtieron en la lamentable exposición de un hombre enfermo que, muy a pesar de sus dolencias, siempre quiso entregarse.
Pero en las tablas, su garganta y su memoria fallaron y todo terminó en un espectáculo deprimente y angustioso en el que el público, tal vez por el afán de registrarlo eternamente, siempre lo perdonó.
Ángel Thorrens, empresario y amigo del Joe por más de 25 años explicó: "La prioridad de quienes tenían el control de su vida fue la tarima por encima de la salud. Arrastraron a un hombre gravemente enfermo por los escenarios de Colombia con el fin de cumplir contratos por los que ya habían recibido anticipos".
Cuesta abajo
Luego de que, durante los últimos años, el Joe visitó varias veces las clínicas del país -una realidad que siempre se quiso maquillar-, su grave estado de salud comenzó a hacerse evidente el pasado 25 de mayo cuando aterrizó de emergencia en la Clínica del Caribe con un paro cardiorrespiratorio, que ameritó una reanimación de urgencia. Allí estuvo a segundos de morir.
Aquella vez, el representante Ojeda declaró a los medios de comunicación que se trataba de algo sin importancia: "Un bajón de azúcar, que ya fue superado". Sin embargo, en medio de la negación, el diagnóstico clínico se reveló al día siguiente: un edema pulmonar por el que tuvo que ser remitido a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de La Asunción, donde llegó intubado, respirando con ayuda de ventilación mecánica.
El Joe, un hombre que a lo largo de su vida estuvo en diferentes ocasiones al borde de la muerte, fue estabilizado una vez más y dado de alta el domingo 29 de mayo, un día antes del lanzamiento de la telenovela basada en su vida.
Al día siguiente, todo estaba listo para la premier televisiva en su apartamento en Barranquilla, así que, junto a familiares y miembros de la prensa, el músico vio el primer capítulo. La sorpresa para los periodistas fue ver que en su casa le servían vino, horas después de salir de cuidados intensivos, con el claro fin de que se viera de buen semblante.
Así comenzaron 27 días de penosas presentaciones por varias ciudades del país, incluidas Medellín -adonde fue a promocionar la novela que lleva su nombre en el programa de RCN The Suso's Show- y Bogotá, donde ofreció un angustioso concierto en el Downtown Majestic, al que acudieron los protagonistas de la serie de dicho canal. El Checo Acosta recuerda: "Casi me muero de la impresión. Lo vi muy mal. Lo cargaron dos personas para entrarlo y cuatro para sacarlo".
En la UCI, y más contratos
El 27 de junio, afecciones pulmonares y renales lo llevaron de vuelta a la UCI de La Asunción. Pero seguían las mentiras: "Él está en su apartamento, no sé cuál es el afán de decir que está mal", dijo entonces Jacqueline Ramón a EL TIEMPO.
Mientras tanto, su representante, Ojeda, continuaba firmando contratos. José Arteta, empresario barranquillero, denunció: "Me dijo que estaba bien y que iba a salir pronto de la clínica. Me pidió un adelanto para un concierto que tendría lugar el 30 de julio en Barranquilla y, al día de hoy, no han devuelto la plata. Quién sabe cuántos contratos más hicieron".
Consultado por EL TIEMPO, Ojeda negó ese contrato y dijo que "eso fue de bacanidad" y que "se hizo de manera verbal". Sin embargo, el contrato existe, tiene la firma de Ojeda y Arteta y el adelanto aún no se ha devuelto. Ojeda, de paso, advirtió a EL TIEMPO de "meterse en graves problemas si se publica esta información".
El 2 de julio, las hijas de Mary Luz y el Joe, Eykol (23 años) y Nayalive (22), quisieron visitar a su papá, pero la señora Ramón dio la orden de que nadie ingresara. Tres días después, Ramón habló en La W y dijo: "El Joe está estable. Lo digo yo, que soy la esposa". También dijo que era mentira que se les hubiera negado la entrada a las jóvenes: "ellas no han querido ir (a la clínica)". Y concluyó: "están por interés".
Pero todo se agravó y Álvaro José Arroyo nunca más se volvió a levantar de su lecho. A las 7:45 de la mañana del 26 de julio, el Joe murió en una cama de la clínica La Asunción. Eykol, su hija, manifestó: "Ya no lo pueden utilizar más. Por fortuna, mi papá ya descansó".
En los últimos días del Joe, y luego de su deceso, EL TIEMPO intentó comunicarse con Jacqueline Ramón pero ella nunca respondió.
Chelito de Castro, amigo de vieja data del desaparecido ídolo caribe, le contó a EL TIEMPO la siguiente historia: "Meses atrás, me entró una llamada del Joe, lo cual fue una sorpresa, si se tiene en cuenta que en los últimos 6 años nunca me lo pasaron. Me dijo, pasito, que estaba visitando a escondidas a su gran amor, Mary, y me la soltó:
-Me quiero morir, mi hermano, me quiero morir.
-No me digas eso, a mí no me dejan visitarte. ¿Por qué no te vienes a mi casa inmediatamente?, dije.
-Tú sabes que no puedo. Sólo me quiero morir".
Así quedan los derechos de sus canciones
EL TIEMPO estableció que los derechos de las canciones de Joe Arroyo fueron cedidos a la sociedad Joeson Music, que Jacqueline Ramón (como suplente) constituyó con el propio Álvaro Arroyo González (como principal) y su hermana, Marianela Ramón. "El suplente asumirá las funciones del principal en caso de incapacidad física mental de carácter definitivo o muerte del principal", dice el documento de constitución.
Álvaro José Arroyo, más conocido como Joe Arroyo, nació en Cartagena el 1 de noviembre de 1955. Es considerado uno de los más grandes intérpretes de la música caribeña de Colombia.
En 1971 tiene su gran oportunidad cuando firma para Discos Fuentes, y es reclutado por Julio Ernesto Estrada, el bajista, cantante, compositor y productor de Fruko y su Tesos. Con esta orquesta alcanzó gran fama. Luego grabó con el grupo The Latin Brothers y en 1981 fundó su propia orquesta: La Verdad.
Mary Luz Alonso, ex esposa de Joe, explica: "A esta firma, tengo entendido, han pasado todo el capital del Joe, incluidos los aportes de Sayco que dejaron de llegarles a mis hijas años atrás, y que eran los que había asignado el Juez Segundo de Familia como parte de la cuota de los alimentos de las niñas".
La directora jurídica de Sayco, Vivian Alvarado Baena, explicó que hubo un par de contratos de cesión de los derechos a la empresa Joeson Music. "No todas las canciones están sujetas a esta cesión: algunas pertenecen en un 50% a Joeson y el otro 50% a Discos Fuentes. Pero en otras, todos los derechos son de Joeson Music".
Luis Ojeda, representante de Arroyo, dijo: "Nunca tuve nada que ver con el dinero del maestro. No tengo nada que responder".
Con reportería de Andrés Artuz, corresponsal de EL TIEMPO en Barranquilla.
MAURICIO SILVA GUZMÁN
Es mar y río, que es definitivo. Es negro, indio y blanco. Y también es -y esto va para los creyentes- la clara demostración de que, en efecto, sí hay algo más por allá.
Designación divina. ¿De dónde viene la inspiración? ¿De allá arriba? ¿De aquí abajo con ayuda de arriba? ¿De la pura raíz? El Joe lo respondió en el 2004 para la revista Rolling Stone:
"La forma mía de inspirarme es muy bonita. Sucede cuando me estoy durmiendo pero todavía, en realidad, estoy consciente; allí me llegan unas ideas divinas, sublimes, que muchas veces se pierden. Desde hace mucho tiempo yo tengo una grabadora al lado de la cama y cuando llega, ¡zaz!, le meto la idea. Y al día siguiente, 'mierdaaaaa, qué es esto'. Por ejemplo, Catalina del mar me la soñé enterita. Igual que la soñé, así la escribí. Ahora, la verdad, cuando yo me propongo componer, no compongo ni papa".
¿Genio? Ya no hay duda. No solo porque puso su voz en 47 álbumes, o porque es autor de 98 canciones editadas, o porque es el creador de más de 40 éxitos que lograron el primer lugar en diferentes listas del país, o porque es el artista con más recopilaciones musicales en la historia del disco colombiano.
No solo por eso, sino porque lo de Arroyo es único, auténtico y particular. ¿Alguien que se le parezca? Muy difícil. Nadie cantó como él, nadie bailó como él, nadie compuso como él. Antes que otra cosa, digámoslo bien claro: el Joe es genial por esa irresistible sabrosura que emana de sus poros, que contagia, que seduce, que arroba y que, sin escalas, obliga a desatar los pies.
"Es su sabor -dice Fruko-. La genialidad del Joe está en el sabor y eso, lamento informarlo, muy pocos lo tienen en tan descarada cantidad". Jairo Varela, creador y líder del grupo Niche, con quien tantas veces compartió tarima, lo define así: "Es un genio musical. El simple hecho de nunca haber ido a un conservatorio y de haber plasmado de esa manera sus canciones, lo hacen genio. Es único y no va a nacer otro igual. Él tiene su propia manera de concebir la canción, de cantarla, de exteriorizarla. Él hace dos notas y uno sabe que es él y nadie más. Además, todo lo que representa la costa Atlántica está en él, aun cuando es imposible ubicarlo como salsero o músico del Caribe o representante del sonido de la costa Caribe colombiana. En realidad es todo eso y más. Es un ícono de la música latinoamericana".
Su grito de batalla
Pruebas de la singularidad las hay muchas y, como todos los genios, el Joe también se inventó a sí mismo. Así que desde muy temprano encontró en un extraño sonido de su garganta -al que él mismo llamó el caballito- su más reconocible sello personal: "Pues eso me salió en la playa. De niño siempre cantaba contra del viento, porque esa es la manera de crear resistencia en la voz. Allá lo saqué y, sí, es una contracción de mi garganta. En realidad es un sello mío que muchas personas han tratado de imitar. Quiero contar que yo hice la de Caruso con mi grito: en un estudio de grabación partí una copa de cristal con mi voz".
Y el Joe también creó un mundo sonoro a semejanza de sus ilusiones. Tan especial fue su 'tumbao', tan particular, que hasta los críticos tuvieron que inventarse el término 'joesón' para denominar su golpe, para ubicarlo en el contexto Caribe, para comprender el universo de un poeta espontáneo que nunca aprendió a leer el pentagrama y quien, solo con su voz, les transmitió a sus músicos: "Métele aquí práquete, práquete, práquete", sin más.
El 21 de julio de 1991, EL TIEMPO publicó la explicación que el Joe dio sobre ese invento musical llamado 'joesón': "Es básicamente una ensalada cuyo ingrediente principal es el chandé. A este patrón básico, a la vez, le incluyo ritmos diferentes. Pero aunque el 'joesón' siempre tiene el mismo patrón, el ritmo no tiene que ser necesariamente igual. Un ejemplo: Te quiero más se diferencia por el golpe. En este caso, tiene más golpe que la soca. Como el ritmo es una mezcla, a las composiciones les voy agregando notas a mi gusto para ir tapando huecos. De esta forma se construye un ritmo afrodisíaco bastante negroide. Para entender un 'joesón' es necesario bailarlo, allí es donde se notan las diferencias...".
En marzo del 2004, para la revista Rolling Stone, aportó algo más sobre el tema: "Para mirar bien atrás, el 'joesón' empezó con la canción Manyoma, que es de Fruko, pero que tiene mis arreglos.
Allí nació ese golpe, pero en realidad se hizo fuerte cuando yo llevaba cuatro años con mi banda. Es un sonido que tiene soca, salsa, sonidos africanos, cumbia, brisa del mar y un 50 por ciento que nace de mí, pero que no tengo ni puta idea qué es".
Al lado de los grandes
La crítica de música latina y caribeña del periódico The New York Times, Daisann McLane, escribió para la edición del domingo 6 de mayo de 1990 un artículo sobre las nuevas generaciones de la música de este lado del continente. Cuando habló del crédito colombiano dijo: "Desde que Joe Arroyo formó su propio grupo, ha ampliado su música y ha incluido elementos de todas las partes del Caribe, de Colombia y de África. En su primer álbum exitoso en Estados Unidos, publicado en 1988 y que tituló 'Fuego en mi mente', y en su siguiente lanzamiento, titulado 'En acción', Arroyo saltó de la salsa al merengue y de ahí a la soca, al zouk y a la cumbia -la música afro indígena española de su tierra-. Ningún otro artista del Caribe cubre tanto territorio. La lírica de sus canciones refleja la historia del Caribe. 'Rebelión' ('No le pegue a la negra') puede situarse al lado de cualquiera de las letras escritas por Bob Marley y Mighty Sparrow sobre la esclavitud y sus consecuencias.
La sobresaliente voz de Joe Arroyo es la que mantiene cautiva a la audiencia internacional. Arroyo, poderoso tenor lleno de espíritu, podría cantar tranquilamente en cualquier iglesia de negros de Estados Unidos, al lado de Al Green. Cuando canta a capella, como lo hace en la canción 'A mi Dios todo le debo', Arroyo levanta literalmente a sus oyentes. En su concierto en el Palladium, en Manhattan, los seguidores de Arroyo respondieron lanzándose al aire unos a otros. Privilegiado en su voz, rumbero desde niño en calles y salones de baile, mantiene la esencia de la música afrolatina añadiéndole la sabrosura de los tiempos que le ha tocado vivir. Apasionado de Ismael Rivera y Benny Moré, admirador de Richie Ray y Bobby Cruz, su música es definida como tremenda, caliente y tropical".
Deja 47 álbumes
Su producción suma cerca de 47 álbumes. Como compositor, se destacan 'Tania', 'Flores silvestres' y 'Palenque' (con Fruko). Con La Verdad: 'Me le fugué a la candela', 'Mary', 'Tumbatecho', 'Musa original', 'Rebelión', 'La noche', 'Fuego en mi mente', 'Te quiero más', 'Tal para cual', 'En Barranquilla me quedo', 'A mi Dios todo le debo', 'Noche de arreboles', 'Pa'l bailador' y 'El centurión de la noche'.
Álvaro José Arroyo González (also known as Joe Arroyo or El Joe; Cartagena de Indias, 1 November 1955 – Barranquilla, 26 July 2011) was a Colombian salsa and tropical music singer, composer and songwriter. Considered one of the greatest performers of Caribbean music in his country.
Background information
Also known as El Joe, & Joey
Born 1 November 1955(1955-11-01)
Cartagena de Indias, Bolívar, Colombia
Died 26 July 2011(2011-07-26) (aged 55)
Barranquilla, Atlántico, Colombia
Genres Joeson, Salsa, tropical, Cumbia
Occupations Singer-songwriter, record producer, musician,
Instruments Vocals
Years active 1969–2011
Labels Tito Puentes, Panasonic
This name uses Spanish naming customs; the first or paternal family name is Arroyo and the second or maternal family name is González.
Álvaro José Arroyo González (also known as Joe Arroyo or El Joe; Cartagena de Indias, 1 November 1955 – Barranquilla, 26 July 2011) was a Colombian salsa and tropical music singer, composer and songwriter. Considered one of the greatest performers of Caribbean music in his country.
Fueron palabras de alto calibre: "Lo mataron, a mi papá lo mataron".
La frase la pronunció Eykol Arroyo -la tercera hija de Álvaro José Arroyo-, en el mismo instante en el que se enteró de la muerte de su padre, el pasado 26 de julio frente a la Clínica La Asunción, de Barranquilla.
No mencionó nombres, pero su frase aludía al sombrío final que tuvo su padre, en el cual los principales protagonistas son su última esposa, Jacqueline Ramón; su último representante, Luis Ojeda; los excesos y descuidos que tuvo el propio artista y que pudieron haber sido evitados, los sentimientos de culpa de los amigos que hoy aseguran no haber tenido el valor para salvar al genio de una tragedia anunciada y los conflictos legales que ahora aparecen tras un jugoso legado musical.
Sin embargo, para entender cuándo y cómo comenzó la ruina del Joe Arroyo, el más prolífico cantante e intérprete de la música nacional de los últimos 50 años, habría que ahondar en dos realidades definitivas de su vida: su salud y su estabilidad emocional, ambas seriamente afectadas por los quebrantos.
Una historia cantada
Para nadie fue un secreto que el Joe fue adicto al bazuco por más de 35 años. De hecho, según confesó años atrás su compañero de tarima Wilson Manyoma, "fue en 1977, en un viaje a Perú, cuando entró en su vida esa candela prohibida".
Y tal como lo testifican varios de sus allegados, el 'Maestro' jamás pudo hacer un corte definitivo con el vicio. Incluso, EL TIEMPO pudo establecer que Arroyo estuvo esclavizado por ese 'humo callejero' hasta sus últimos días. "Yo lo llevé a San Salvador, que es una 'olla' aquí en Barranquilla, una semana antes de que cayera en la clínica a finales de mayo. Y hasta dejó un radiecito que llevaba", declaró un taxista de la ciudad.
De la misma manera, el 'Centurión de la Noche' (como se le conoció) sufrió a lo largo de su vida varias enfermedades que incluyeron hipertiroidismo, diabetes, severas afecciones pulmonares, frecuentes fatigas musculares y complicaciones cardiacas y renales, que fueron las que lo llevaron a la tumba.
Por otra parte, Arroyo recibió duros golpes emocionales que lo arrastraron a un hoyo sin salida: el 31 de octubre de 2001, tras un ataque al corazón, su hija Tania falleció a la edad de 26 años. Luego, el 21 de junio de 2002, murió su madre, Ángela González, y en la mitad de ambas tragedias, el Joe rompió con su más larga y profunda historia de amor: Mary Luz Alonso, quien hoy afirma: "Me equivoqué, cometí errores, dejé a mi negro y ahora lo lamento. Pero sé que él siempre me amó, porque lo dijo muchas veces en los últimos meses y en público, porque nos volvimos a encontrar y, por eso, Jacqueline nos lo prohibió a todos, hasta a sus hijas".
Según Jimmy Peña, amigo personal del Joe y coordinador de las giras de su orquesta en EE. UU., "desde aquella ruptura (con Mary), el hombre perdió el brillo de sus ojos, se volvió un hombre triste, su carrera decayó, en medio de su soledad se juntó con Jacqueline Ramón y, luego, nadie pudo salvarlo".
El legendario Fruko, uno de los mejores amigos del difunto Joe, también declaró: "Desde que se casó con ella nunca pude hablar con mi hermano. Sin explicación alguna, nos separó".
Después de tres años de noviazgo, el Joe Arroyo se casó con Jacqueline Ramón el domingo 30 de enero de 2005. "Entonces, todo se complicó. Todo fue misterio, ostracismo y oscuridad. Miles de veces intenté acercarme para abrirle los ojos, pero no pude. Hoy ya es muy tarde", admitió 'El Checo' Acosta, otro de sus amigos íntimos, quien, junto a otras leyendas de la música costeña, como Juan Piña, Tom y Javier (cantantes del grupo Bananas), fueron vetados por Ramón el pasado 6 de julio, cuando quisieron saludarlo en la Clínica La Asunción.
Tampoco es un secreto que el último lustro en la vida del Joe sólo fue penumbra. Sus presentaciones se convirtieron en la lamentable exposición de un hombre enfermo que, muy a pesar de sus dolencias, siempre quiso entregarse.
Pero en las tablas, su garganta y su memoria fallaron y todo terminó en un espectáculo deprimente y angustioso en el que el público, tal vez por el afán de registrarlo eternamente, siempre lo perdonó.
Ángel Thorrens, empresario y amigo del Joe por más de 25 años explicó: "La prioridad de quienes tenían el control de su vida fue la tarima por encima de la salud. Arrastraron a un hombre gravemente enfermo por los escenarios de Colombia con el fin de cumplir contratos por los que ya habían recibido anticipos".
Cuesta abajo
Luego de que, durante los últimos años, el Joe visitó varias veces las clínicas del país -una realidad que siempre se quiso maquillar-, su grave estado de salud comenzó a hacerse evidente el pasado 25 de mayo cuando aterrizó de emergencia en la Clínica del Caribe con un paro cardiorrespiratorio, que ameritó una reanimación de urgencia. Allí estuvo a segundos de morir.
Aquella vez, el representante Ojeda declaró a los medios de comunicación que se trataba de algo sin importancia: "Un bajón de azúcar, que ya fue superado". Sin embargo, en medio de la negación, el diagnóstico clínico se reveló al día siguiente: un edema pulmonar por el que tuvo que ser remitido a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de La Asunción, donde llegó intubado, respirando con ayuda de ventilación mecánica.
El Joe, un hombre que a lo largo de su vida estuvo en diferentes ocasiones al borde de la muerte, fue estabilizado una vez más y dado de alta el domingo 29 de mayo, un día antes del lanzamiento de la telenovela basada en su vida.
Al día siguiente, todo estaba listo para la premier televisiva en su apartamento en Barranquilla, así que, junto a familiares y miembros de la prensa, el músico vio el primer capítulo. La sorpresa para los periodistas fue ver que en su casa le servían vino, horas después de salir de cuidados intensivos, con el claro fin de que se viera de buen semblante.
Así comenzaron 27 días de penosas presentaciones por varias ciudades del país, incluidas Medellín -adonde fue a promocionar la novela que lleva su nombre en el programa de RCN The Suso's Show- y Bogotá, donde ofreció un angustioso concierto en el Downtown Majestic, al que acudieron los protagonistas de la serie de dicho canal. El Checo Acosta recuerda: "Casi me muero de la impresión. Lo vi muy mal. Lo cargaron dos personas para entrarlo y cuatro para sacarlo".
En la UCI, y más contratos
El 27 de junio, afecciones pulmonares y renales lo llevaron de vuelta a la UCI de La Asunción. Pero seguían las mentiras: "Él está en su apartamento, no sé cuál es el afán de decir que está mal", dijo entonces Jacqueline Ramón a EL TIEMPO.
Mientras tanto, su representante, Ojeda, continuaba firmando contratos. José Arteta, empresario barranquillero, denunció: "Me dijo que estaba bien y que iba a salir pronto de la clínica. Me pidió un adelanto para un concierto que tendría lugar el 30 de julio en Barranquilla y, al día de hoy, no han devuelto la plata. Quién sabe cuántos contratos más hicieron".
Consultado por EL TIEMPO, Ojeda negó ese contrato y dijo que "eso fue de bacanidad" y que "se hizo de manera verbal". Sin embargo, el contrato existe, tiene la firma de Ojeda y Arteta y el adelanto aún no se ha devuelto. Ojeda, de paso, advirtió a EL TIEMPO de "meterse en graves problemas si se publica esta información".
El 2 de julio, las hijas de Mary Luz y el Joe, Eykol (23 años) y Nayalive (22), quisieron visitar a su papá, pero la señora Ramón dio la orden de que nadie ingresara. Tres días después, Ramón habló en La W y dijo: "El Joe está estable. Lo digo yo, que soy la esposa". También dijo que era mentira que se les hubiera negado la entrada a las jóvenes: "ellas no han querido ir (a la clínica)". Y concluyó: "están por interés".
Pero todo se agravó y Álvaro José Arroyo nunca más se volvió a levantar de su lecho. A las 7:45 de la mañana del 26 de julio, el Joe murió en una cama de la clínica La Asunción. Eykol, su hija, manifestó: "Ya no lo pueden utilizar más. Por fortuna, mi papá ya descansó".
En los últimos días del Joe, y luego de su deceso, EL TIEMPO intentó comunicarse con Jacqueline Ramón pero ella nunca respondió.
Chelito de Castro, amigo de vieja data del desaparecido ídolo caribe, le contó a EL TIEMPO la siguiente historia: "Meses atrás, me entró una llamada del Joe, lo cual fue una sorpresa, si se tiene en cuenta que en los últimos 6 años nunca me lo pasaron. Me dijo, pasito, que estaba visitando a escondidas a su gran amor, Mary, y me la soltó:
-Me quiero morir, mi hermano, me quiero morir.
-No me digas eso, a mí no me dejan visitarte. ¿Por qué no te vienes a mi casa inmediatamente?, dije.
-Tú sabes que no puedo. Sólo me quiero morir".
Así quedan los derechos de sus canciones
EL TIEMPO estableció que los derechos de las canciones de Joe Arroyo fueron cedidos a la sociedad Joeson Music, que Jacqueline Ramón (como suplente) constituyó con el propio Álvaro Arroyo González (como principal) y su hermana, Marianela Ramón. "El suplente asumirá las funciones del principal en caso de incapacidad física mental de carácter definitivo o muerte del principal", dice el documento de constitución.
Joe Arroyo, al lado de su última esposa, Jacqueline Ramón, hoy en el ojo del huracán tras las fuertes acusaciones de familiares
Álvaro José Arroyo, más conocido como Joe Arroyo, nació en Cartagena el 1 de noviembre de 1955. Es considerado uno de los más grandes intérpretes de la música caribeña de Colombia.
En 1971 tiene su gran oportunidad cuando firma para Discos Fuentes, y es reclutado por Julio Ernesto Estrada, el bajista, cantante, compositor y productor de Fruko y su Tesos. Con esta orquesta alcanzó gran fama. Luego grabó con el grupo The Latin Brothers y en 1981 fundó su propia orquesta: La Verdad.
'Rebelión', 'El Caminante', 'Confundido', 'Tania' (dedicada a su hija) y 'El Ausente' son algunas de sus canciones más conocidas.
Mary Luz Alonso, ex esposa de Joe, explica: "A esta firma, tengo entendido, han pasado todo el capital del Joe, incluidos los aportes de Sayco que dejaron de llegarles a mis hijas años atrás, y que eran los que había asignado el Juez Segundo de Familia como parte de la cuota de los alimentos de las niñas".
La directora jurídica de Sayco, Vivian Alvarado Baena, explicó que hubo un par de contratos de cesión de los derechos a la empresa Joeson Music. "No todas las canciones están sujetas a esta cesión: algunas pertenecen en un 50% a Joeson y el otro 50% a Discos Fuentes. Pero en otras, todos los derechos son de Joeson Music".
Luis Ojeda, representante de Arroyo, dijo: "Nunca tuve nada que ver con el dinero del maestro. No tengo nada que responder".
Con reportería de Andrés Artuz, corresponsal de EL TIEMPO en Barranquilla.
MAURICIO SILVA GUZMÁN
CRONISTA DE EL TIEMPO
El Joe es África, es América, es todo el Caribe, es costa Atlántica colombiana, es Cartagena, es Barranquilla, es Santa Marta, es Palenque y es un poco de pueblos intermedios.
Es mar y río, que es definitivo. Es negro, indio y blanco. Y también es -y esto va para los creyentes- la clara demostración de que, en efecto, sí hay algo más por allá.
Designación divina. ¿De dónde viene la inspiración? ¿De allá arriba? ¿De aquí abajo con ayuda de arriba? ¿De la pura raíz? El Joe lo respondió en el 2004 para la revista Rolling Stone:
"La forma mía de inspirarme es muy bonita. Sucede cuando me estoy durmiendo pero todavía, en realidad, estoy consciente; allí me llegan unas ideas divinas, sublimes, que muchas veces se pierden. Desde hace mucho tiempo yo tengo una grabadora al lado de la cama y cuando llega, ¡zaz!, le meto la idea. Y al día siguiente, 'mierdaaaaa, qué es esto'. Por ejemplo, Catalina del mar me la soñé enterita. Igual que la soñé, así la escribí. Ahora, la verdad, cuando yo me propongo componer, no compongo ni papa".
¿Genio? Ya no hay duda. No solo porque puso su voz en 47 álbumes, o porque es autor de 98 canciones editadas, o porque es el creador de más de 40 éxitos que lograron el primer lugar en diferentes listas del país, o porque es el artista con más recopilaciones musicales en la historia del disco colombiano.
No solo por eso, sino porque lo de Arroyo es único, auténtico y particular. ¿Alguien que se le parezca? Muy difícil. Nadie cantó como él, nadie bailó como él, nadie compuso como él. Antes que otra cosa, digámoslo bien claro: el Joe es genial por esa irresistible sabrosura que emana de sus poros, que contagia, que seduce, que arroba y que, sin escalas, obliga a desatar los pies.
"Es su sabor -dice Fruko-. La genialidad del Joe está en el sabor y eso, lamento informarlo, muy pocos lo tienen en tan descarada cantidad". Jairo Varela, creador y líder del grupo Niche, con quien tantas veces compartió tarima, lo define así: "Es un genio musical. El simple hecho de nunca haber ido a un conservatorio y de haber plasmado de esa manera sus canciones, lo hacen genio. Es único y no va a nacer otro igual. Él tiene su propia manera de concebir la canción, de cantarla, de exteriorizarla. Él hace dos notas y uno sabe que es él y nadie más. Además, todo lo que representa la costa Atlántica está en él, aun cuando es imposible ubicarlo como salsero o músico del Caribe o representante del sonido de la costa Caribe colombiana. En realidad es todo eso y más. Es un ícono de la música latinoamericana".
Su grito de batalla
Y el Joe también creó un mundo sonoro a semejanza de sus ilusiones. Tan especial fue su 'tumbao', tan particular, que hasta los críticos tuvieron que inventarse el término 'joesón' para denominar su golpe, para ubicarlo en el contexto Caribe, para comprender el universo de un poeta espontáneo que nunca aprendió a leer el pentagrama y quien, solo con su voz, les transmitió a sus músicos: "Métele aquí práquete, práquete, práquete", sin más.
El 21 de julio de 1991, EL TIEMPO publicó la explicación que el Joe dio sobre ese invento musical llamado 'joesón': "Es básicamente una ensalada cuyo ingrediente principal es el chandé. A este patrón básico, a la vez, le incluyo ritmos diferentes. Pero aunque el 'joesón' siempre tiene el mismo patrón, el ritmo no tiene que ser necesariamente igual. Un ejemplo: Te quiero más se diferencia por el golpe. En este caso, tiene más golpe que la soca. Como el ritmo es una mezcla, a las composiciones les voy agregando notas a mi gusto para ir tapando huecos. De esta forma se construye un ritmo afrodisíaco bastante negroide. Para entender un 'joesón' es necesario bailarlo, allí es donde se notan las diferencias...".
En marzo del 2004, para la revista Rolling Stone, aportó algo más sobre el tema: "Para mirar bien atrás, el 'joesón' empezó con la canción Manyoma, que es de Fruko, pero que tiene mis arreglos.
Allí nació ese golpe, pero en realidad se hizo fuerte cuando yo llevaba cuatro años con mi banda. Es un sonido que tiene soca, salsa, sonidos africanos, cumbia, brisa del mar y un 50 por ciento que nace de mí, pero que no tengo ni puta idea qué es".
Al lado de los grandes
Deja 47 álbumes
Su producción suma cerca de 47 álbumes. Como compositor, se destacan 'Tania', 'Flores silvestres' y 'Palenque' (con Fruko). Con La Verdad: 'Me le fugué a la candela', 'Mary', 'Tumbatecho', 'Musa original', 'Rebelión', 'La noche', 'Fuego en mi mente', 'Te quiero más', 'Tal para cual', 'En Barranquilla me quedo', 'A mi Dios todo le debo', 'Noche de arreboles', 'Pa'l bailador' y 'El centurión de la noche'.
Álvaro José Arroyo González (also known as Joe Arroyo or El Joe; Cartagena de Indias, 1 November 1955 – Barranquilla, 26 July 2011) was a Colombian salsa and tropical music singer, composer and songwriter. Considered one of the greatest performers of Caribbean music in his country.
Background information
Birth name: Alvaro Jose Arroyo
Also known as El Joe, & Joey
Born 1 November 1955(1955-11-01)
Cartagena de Indias, Bolívar, Colombia
Died 26 July 2011(2011-07-26) (aged 55)
Barranquilla, Atlántico, Colombia
Genres Joeson, Salsa, tropical, Cumbia
Occupations Singer-songwriter, record producer, musician,
Instruments Vocals
Years active 1969–2011
Labels Tito Puentes, Panasonic
This name uses Spanish naming customs; the first or paternal family name is Arroyo and the second or maternal family name is González.
Álvaro José Arroyo González (also known as Joe Arroyo or El Joe; Cartagena de Indias, 1 November 1955 – Barranquilla, 26 July 2011) was a Colombian salsa and tropical music singer, composer and songwriter. Considered one of the greatest performers of Caribbean music in his country.
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with the title JOE ARROYO: La sombría historia detrás de su muerte. You can bookmark this page URL https://meingeilesich.blogspot.com/2011/07/joe-arroyo-la-sombria-historia-detras.html. Thanks!